A Elise le gusta competir en eventos de CrossFit. Cuando entrena, entra en un estado de flujo atemporal. Es la sensación de sudar, aumentar su ritmo cardíaco y zonificar lo que despeja completamente su mente.

Como atleta que padece de Ehlers-Danlos, desarrollar músculo significa que ya no experimenta dolor al hacer ejercicio. El entrenamiento le brinda espacio y tiempo para ella misma.

"Todos simplemente aman sudar y hacer algo difícil. Y es como un juego mental".

Para Elise, la experiencia compartida del entrenamiento la impulsa y hace que trabaje más duro que cuando entrena sola, y son los aspectos comunitarios de CrossFit los que resultaron ser el principal atractivo para probarlo. Se siente parte de una comunidad que se apoya y cuida mutuamente, unidos por sesiones de entrenamiento 'brutales'.

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